LA CAJA

Era una tarde larga de domingo y a través de la ventana solo se podía ver un manto blanco. El invierno había entrago con fuerza en la región y desde hacía tres días Lucas y Teo a penas habían podido salir a la calle. Los niños estaban aburridos, ni juguetes, ni televisión... ya nada parecía entretenerlos.

Inesperadamente, alguien llamó a la puerta. Dos golpes secos. Ambos pegaron un bote y salieron corriendo para saber de quién se trataba. Su madre abrió y alguien al otro lado, cubierto por una gran bufanda de lana y un gorro, le entregó un paquete muy grande.
Era un paquete lleno de dulces que enviaba la tía Dora. La tía Dora era una señora muy mayor que vivia al otro lado de la ciudad. Los niños la visitaban estacionalmente y siempre estaban muy pendiente de ella.
Le encantaba tejer ropa para los dos diablitos y hacer dulces para la familia. Tenía unas manos prodigiosas y los pequeños la adoraban.

Entre la caja de los dulces apareció algo de lo más curioso. Una llave vieja que no parecía tener mucho valor y que, la madre de los pequeños decidió tirar a la papelera. Pero los niños, que ya no sabían con qué entretener los largos días de frío, la recuperaron y empezaron a crear.... Su aventura.

Teo subió corriendo al desván... allí había decenas de cajas viejas llenas de recuerdos, pero... ¿Por qué no llenas de tesoros? Empezó a perderse en aquellas torres de polvo, libros y objetos que ni siquiera sabían para qué utilizarlos. Al ratito, subió Lucas muy intrigado en saber qué era aquello que tenía a su hermano tan entretenido.
Los dos comenzaron a jugar sin parar, dejaban la imaginación volar sin límites y crearon una aventura de dragones, princesas, héroes que buscaban el tesoro escondido... Perseguidos como no, por un séquito de malos malísimos que no daban tregua a sus andanzas.

Todo parecía ir sobre ruedas, por fin habían encontrado la manera de pasar los minutos y las horas que tan largas se les estaban haciendo.
De repente una de las cajas más grandes, la que estaba en la parte más alta del desván se precipitó sobre ellos. Los niños quedaron semisepultados entre tantos cachivaches y no podían parar de toser del polvo que había en toda la habitación.
Cuando al fin fueron capaces de salir de toda esa montaña de "escombros", empezaron a curiosear todo lo que habia en aquella caja... cuando de repente Teo gritó fuerte llamando a su hermano totalmente sorprendido. Había una caja. Una caja del tamano de un folio, llena de polvo y muy picoteada de los golpes, lógicamente deteriorada por el paso del tiempo.
Los niños cogieron una sábana vieja que había  en el desván cubriendo muebles viejo y limpiaron la caja. Tenía algo escrito.....
"Tia Dora" La caja pertenecía a su tia Dora, esa señora que era una diosa de los dulces y que tan abrigaditos los mantenía durante el invierno con esas bufandas que tejía para ellos.
Teo intentó abrirla para ver qué contenía, pero no se podía.... estaba completamente cerrada y aparentemente no había manera de abrirla.
Lucas se puso a jugar con ella, y al darle la vuelta vió una cerradura pequeñita... y de repente se acordó de la llave vieja que habían encontrado en la caja de los dulces y por la que habían subido a jugar al desván.
Teo y Lucas probaron con la llave y...¡¡ Abre!!
Los dos niños se quedaron boquiabiertos cuando descubrieron lo que había en el interior de aquella cajita.
La tia Dora había guardado allí todos sus objetos de valor y sus joyas, piedras preciosas y además había dejado una nota: "Si habéis abierto la caja y habéis enocntrado esto, es porque realmente tenéis el espíritu inquieto que yo deseaba que alguien tuviera. Esto es vuestro, cuidarlo y disfrutarlo todo cuánto podáis. Tía Dora"
Los niños no se lo podían creer, habían encontrado el tesoro, pero el tesoro de verdad. Ahora sí que tenían una hisotira, una aventura, un secreto y un tesoro.

Tania.

VALIENTE O COBARDE

Puede que no sea la persona indicada para hablar de raciocinio. Sin duda he tomado muchas malas decisiones obedeciendo a mi cabeza y he dejado muchas cosas incompletas por pensar demasiado, no hablemos de las que directamente nunca se dieron.
Con el tiempo, me he dado cuenta que atender al razón es la posición más cobarde. Lo fácil. Es sencillo tomar una decisión racional porque es la que menos daño nos va a causar, la más probable de llevar a cabo con la total seguridad de que tomes la decisión que tomes.... no hay riesgo.
Pero en el lado opuesto aparecen: el corazón, los sentimientos, el grado de implicación. Ahí es dónde cada uno tiene que sacar su cara más valiente. Dejar de lado los miedos, las inseguridades y la falta de confianza en uno mismo para arriesgar. Para conseguir lo que ansiamos, lo que soñamos y todo aquello por lo que hemos luchado.
Ahora, cuando se plantea un acontecimiento en nuestra vida, es cuando nos planteamos qué camino debemos tomar: razón o corazón?
Tomo el camino seguro o lo arriesgo todo y apuesto por aquello que quiero?.......... Ahí es dónde aparece un viejo amigo mío, el miedo. Él es el culpable de que muchas veces, los humanos, seamos excesivamente racionales y dejemos a un lado lo que nos pide el corazón, pero es que smos así. Somo débiles aunque no queramos, y nos pasan las cosas cuando menos las esperamos
Hasta el más duro, el más fuerte el que cree que ante todo está la razón, el que no sabe y no quiere saber ni se implica porque tiene miedo a tener que pensar más allá de sí mismo; todos al final en un momento dado.... olvidamos pensar "Qué es lo que debo hacer" y pensamos en "Qué necesitamos y deseamos hacer"

T.

CON LA SOMBRA DE UN FANTASMA...

... Dicen que el hombre es el único animal capaz de tropezar dos veces con la misma piedra.... Y así es! Parece que no aprendemos, o mejor dicho, NO APRENDO.
Y es que no puedo, no se decirte que no. No se mirarte a los ojos y no pensar en la cantidad de cosas que sería capaz de hacer por ti, pero siempre está ahí.
Es ese fantasma, esa sombra oscura que siempre acompañas tus idas y venidas, nuestros encuentros y nuestros momentos a solas. Ese fantasma que parece recordarte que cualquier tiempo pasado fue mejor, pero no salió como esperabas, la sombra que nunca te hace ser lo bastante buena ni lo bastante libre.
Cada noche al acostarme me pregunto qué es lo que está mal, por qué no puedo ser feliz a tu lado, por qué siempre hay una razón para que lo que empieza siendo una historia preciosa, se acabe convirtiendo en un doloroso "hasta la próxima"...
Para que tánto teatro, tanta escenografía... la coreografía era perfecta, los actores los mejores pero sin embargo, antes de terminar el primer acto, cayó el telón. Y con el muchas ilusiones, mi sueño, las ganas de ser un poco mejor cada día para que cuando tu estés cerca todo sea perfecto.
Después de tantos días de ensallos y de trabajo, de esperanzas, de trabajo intenso y de pensar que sería la mejor obra, con el mejor guión, todo se esfuma en a penas unos minutos... los sueños, las ganas.

Ahora parece que habrá que volver a empezar, no hacer caso de los fantasmas que habitan en el teatro, y comenzar una nueva función. Si los actores no valen... buscaremos otros y si el guión no era perfecto, no quedará más remedio que reescribirlo.
Tengo claro que esta era la última, quizá yo no sea la actriz que buscaban, quizá esa no era mi función, ese no era mi papel... pero se que puedo hacerlo perfecto, si no es aquí será en otras tablas, pero ya no volverás a verme actuar.

T.

Una pequeña gran obra maestra :D

Era suave y cálido, dulce. Cada vez que lo miraba sentía como una parte de mi se estremecía sin tan si quiera darme cuenta.
Era tan inocente y entrañable, que cada minuto a su lado era una aventura que no habría deseado perderme por nada del mundo.
... Tan perfecto que incluso me asusaba la idea de pensar que alguien tan pequeño pudiera haber tenido sentido dentro de mi. Sus deditos, la nariz, su sonrisa de niño bueno y esa mirada tan profunda que deja entre ver todos y cáda uno de sus miedos, sus deseos y sus inquietudes.
Me hacía snetir tan llena, tan grande y tan "limpia" que nada ni nadie podía estropear mis minutos a su lado, era el momento perfecto.

"Tú no sabes lo que es querer"

La culpa la tiene el amor. Pero no sé cómo hacer para que esta afirmación sólo se convierta en una "posibilidad".
Parece que exista una dimensión totalmente incomprensible e inexplorable en el interior de cada uno de nosotros. Una atmósfera llena de dudas, de misterios, de emociones y de ilusiones que funcionan en las personas como una montaña rusa; nos hace sentir estraordinarios y vulnerables en sólo cuestión de unos segundos.

He sabido comprender que no todo lo que nos rodea tiene una explicación y que no puedo controlar todo lo me sucede o me va a suceder. A veces hay que tomar aire, mirar al cielo y canalizar todas las energías que nos llegan para poder aclarar las ideas, los sentimientos y las emociones que muchas veces nos abruman, tanto que pueden desconcertar.
Se que la culpa la tiene el amor, pero no se cómo hacer avisar al amor de que sea delicado, que no sea brusco y que me cuide... Al fin y al cabo soy una principiante que no sabe cómo ni cuando. Podría decirse que me hace inestable, porque por muy fuerte y duro que pueda parece el ser humano, flaqueamos.
Si soñar con "querer" fuese un cuento, cada noche antes de dormir tendríamos el cuento perfecto, pero por el momento "tu no sabes lo que es querer".

CANCIÓN DEL ADIOS

¡Bueno! Aquí estoy. Sentada en el sofá de casa y mirando al techo sin saber muy bien qué decir.

La verdad es que son muchas las cosas que hacemos a lo largo de un día y muchas las personas que pasan por nuestras vidas. La gran mayoría llega y de la misma manera.....¡Puff! Se esfuman. Pero hay otros que pasan por nuestros caminos dejando un rastro imborrable, fijando un recuerdo en el corazón que jamás se olvida.

Hoy es uno de esos día en los que... parece que falta un pedacito en ese camino que todos tenemos que recorres y es que, cuando un amigo se marcha, el vacío que queda puede llegar a ser "ensordecedor".

Se mide mucho más el valor de una persona cuando llega sin hacer a penas ruido, y poco a poco se va instalando en el corazón de unos pocos, casi sin que nos demos cuenta. 

Así llego Nico, discreto, callado, y sin hace nada de ruido. Parecía que realmente había sido colocado para estar ahí. Pero la realidad era otra. Su misión era alcanzarnos a todos así, de esa manera, tímido ¡Y qué gran misión! o por lo menos, ¡Qué gran resultado! porque sin duda, ha logrado su objetivo con nota.

Y es que no creo que su marcha haya dejado indiferente a nadie. Todos hemos aprendido a quererlo, entenderlo y reírnos con sus grandes expresiones, pero sobre todo hemos aprendido lo fácil que puede llegar a ser todo si cada uno aportamos un granito de arena.

Yo lo he tenido a mi lado casi desde el primer día. Aunque no lo pareciera, siempre estaba velando por mis problemas. Me han reconfortado sus palabras y me han ayudado mucho sus grandes o "pequeños" gestos.

Por todo esto, por haber estado ahí siempre y porque en el fondo se que, aunque estés lejos, siempre estarás ahí: GRACIAS.

PD. Y si ustedes no lo quieren.... ¡Nos lo devuelven!